Manejo de la osteoartritis en caninos

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Manejo de la osteoartritis en caninos

La osteoartritis es una enfermedad degenerativa, debilitante y de progresión lenta que afecta a una gran parte de la población canina en el mundo (1). Afecta todo el órgano de la articulación, incluidos sus tejidos relacionados, pero se asocia con mayor frecuencia con la pérdida y disfunción del cartílago articular (2).

Etiología

En los perros la mayoría de los casos de osteoartritis se producen como consecuencia de una lesión articular, inestabilidad articular o anomalías del desarrollo de la articulación que resultan en una renovación acelerada del cartílago articular (3).

Las articulaciones normalmente contienen líquido sinovial y cartílago, que protegen al cuerpo de las fuerzas durante el movimiento, permitiendo un movimiento suave y fluido sin la fricción del roce de los huesos. Cuando hay osteoartritis el líquido sinovial disminuye y el cartílago se adelgaza, lo que reduce la capacidad de absorción de impactos de las articulaciones. A medida que el cartílago se deteriora progresivamente, se desarrollan cambios óseos alrededor de la articulación, lo que contribuye a la inflamación, dolor, rigidez y dificultad para el uso de la articulación (4).

Epidemiología

Esta enfermedad afecta principalmente a perros de razas grandes y con sobrepeso. Algunas razas como el labrador Retriever o el pastor alemán tienen una predisposición genética a desarrollar artritis (5). Más del 50% de los casos de osteoartritis se observan en perros de entre 8 y 13 años. Las enfermedades musculoesqueléticas son muy comunes en pacientes geriátricos y cerca del 20% de los perros gerentes presentan trastornos ortopédicos (6).

En cuanto al sexo, en general, la osteoartritis suele ser más prevalente en machos que en hembras debido a trastornos más comunes en estos. Por ejemplo, la fragmentación de la apófisis coronoides se observa en una proporción de 3:1 entre machos y hembras (6).

No existe una causa conocida para la osteoartritis como enfermedad primaria, mientras que hay múltiples causas para la osteoartritis secundaria, como traumatismos, desgaste anormal de las articulaciones y cartílagos, displasia de cadera o codo, dislocación de la rótula o el hombro y osteocondritis disecante. La obesidad es una causa conocida para la presentación de osteoartritis debido a los altos niveles de estrés al que someten a las articulaciones. Los perros con trastornos como diabetes, tratamiento prolongado de esteroides e hiperlaxitud también pueden tener un mayor riesgo de padecer osteoartritis (5).

Otros factores de riesgo incluyen el mes de nacimiento y factores en la vida temprana, como los niveles y tipo de ejercicio. La relación entre el mes de nacimiento y el desarrollo de la enfermedad probablemente se deba a la exposición a diferentes regímenes de ejercicio cuando son jóvenes. Aquellos que nacen en meses con un clima más favorable (otoño o primavera) para hacer ejercicio pueden tener mayor riesgo de desarrollar enfermedades articulares cuando se realizan tipos de ejercicios intensos (2).

Diagnóstico de la osteoartritis

El diagnóstico de la osteoartritis en perros comienza desde la anamnesis, donde los dueños reportan dolor y rigidez de sus perros cuando corren, caminan, saltan o se levantan de una posición de descanso. La evidencia radiográfica, los signos del paciente y los factores de riesgo de la osteoartritis, como la edad, raza y el índice de masa corporal, pueden ayudar a predecir el riesgo de una degradación articular rápida y altamente predecible. Durante los exámenes físicos, el perro puede mostrar signos de dolor, como quejarse, morder o intentar alejarse. El diagnóstico por imágenes, entre ellos el uso de rayos x, tomografía, resonancia magnética, destacan los rayos X por su capacidad para mostrar la rotura del cartílago entre los huesos y la inflamación de las articulaciones (7).

Manejo de la osteoartritis

Normalmente el tratamiento de la osteoartritis está dirigido a aliviar los signos dolorosos asociados con la enfermedad. La gravedad del malestar, que a menudo se manifiesta como cojera, puede no ser consistente con el grado de cambio patológico o radiológico. Además, la gravedad de los signos asociados puede variar dependiendo del uso reciente o el estrés del ejercicio aplicado sobre los tejidos articulares o periarticulares (8).

La combinación de estas variables puede provocar dolor crónico, que se presenta como un dolor agudo o punzante. La gran variedad de factores que pueden afectar la salud de las articulaciones y el estado de dolor hace que sea difícil especificar un tratamiento para la osteoartritis para todas las situaciones, por lo que se pueden combinar distintos tipos de terapias (8).

Antiinflamatorios no esteroideos (AINES)

Es el tratamiento que se usa con más frecuencia y su popularidad yace en la eficacia que se les atribuye para el alivio de los signos dolorosos asociados con la osteoartritis y a su facilidad de administración (6). De los antiinflamatorios de uso veterinario existe un alto grado de evidencia sobre la eficacia de meloxicam, carprofeno, firocoxib y cimicoxib (9).

Es preciso tener en cuenta que todos los AINES tienen potenciales efectos secundarios. Los más comunes son los signos gastrointestinales como vómitos, diarrea e inapetencia, y en caso de efectos secundarios graves se encuentran la ulceración gastrointestinal y la toxicidad renal, que se indican en los insertos de los medicamentos y ocurren en muy raras ocasiones, generalmente por su uso crónico. Sin embargo, los antiinflamatorios de la familia coxib poseen un menor efecto dañino (9).

Tramadol

El tramadol es un opioide sintético cuya efectividad como analgésico para el tratamiento de la osteoartritis canina ha arrojado distintos resultados en diversos estudios. Budsberg et al. (2018) indicó que el tramadol no proporcionaba ningún beneficio clínico en el tratamiento de osteoartritis. Otros estudios como el de Malek et al. (2012), Monteiro et al. (2019) y Miles et al. 2020 indicaron que el tramadol posee un efecto analgésico en los casos de osteoartritis cuando se usa en conjunto con otros analgésicos como parte de un enfoque multimodal para el tratamiento de dolor agudo en perros (9).

Fisioterapia

La disminución de la actividad física debido al dolor ocasionado por la osteoartritis generalmente resulta en un deterioro de la función y atrofia de los músculos periarticulares, lo que origina un círculo vicioso. La fisioterapia busca eliminar este ciclo mejorando la fuerza muscular, el control neuromuscular, la amplitud de movimiento, la estabilidad de las articulaciones y la aptitud física en los perros con osteoartritis. Sin embargo, la fisioterapia veterinaria es una especialidad relativamente nueva y las recomendaciones fisioterapéuticas para la osteoartritis se extrapolan con frecuencia de estudios clínicos en humanos (10).

La estrategia para la aplicación de la fisioterapia inicia por las modificaciones del ambiente y luego se va progresando con un plan de ejercicio, ejercicios específicos en casa para la osteoartritis y el tratamiento por un fisioterapista, en ese orden hasta obtener un manejo adecuado de la enfermedad y siempre teniendo en cuenta la comodidad del animal en cada paso (10).

Mediante la modificación del ambiente se trata de mejorar las condiciones en las que vive el animal para disminuir el dolor que pueda padecer. Se pueden modificar los pisos resbaladizos reemplazándolos con alfombras o tapetes para permitir que el animal se movilice con mayor facilidad y seguridad, elevar la altura de los comederos y bebederos y utilizar rampas para permitir el acceso por encima de escalones o al interior de automóviles. Se deben considerar suelos más suaves como Grass si se realiza ejercicio al exterior (10).

La actividad física debe ser un factor importante en el tratamiento de la osteoartritis y aplicarse con una intensidad orientada al paciente, una frecuencia regular y con bajo impacto.  Para esto es importante consultar con un especialista para analizar el nivel de actividad actual y personalizar el entrenamiento según la gravedad de la afección de la osteoartritis evitando realizar una actividad excesiva, ya que empeoraría los signos (10).

Los programas de ejercicios para el hogar incluyen especialmente ejercicios de fortalecimiento propioceptivos y de equilibrio, así como masajes, adaptándose al perro según sus necesidades, horarios, preferencias y habilidad de quien lo cuide. Es por esto por lo que se debe asegurar que el propietario sea consciente de la necesidad del tratamiento adecuado para el dolor y esté capacitado para realizar correctamente los ejercicios prescritos sin causar molestias en el perro (10).

El tratamiento por un fisioterapista varía de paciente a paciente y está influenciado por las comorbilidades del perro y sus actividades diarias (tiempo de caminata, actividades deportivas, actividad del propietario). El perro puede beneficiarse del contacto con el fisioterapista en las primeras etapas del curso de la osteoartritis al optimizar las estrategias con un enfoque multimodal y complementándolo con ejercicios en el hogar (10).

Figura 1. Fisioterapia en perros
Fuente: Jhonston et al. Nonsurgical management of osteoarthritis in dogs. 2008

Glucosamina y condroitina sulfato

La glucosamina y la condroitina sulfato son componentes de muchos suplementos dietéticos utilizados para la osteoartritis en varias especies. Se ha demostrado que la combinación de ambos puede proteger contra la sinovitis en perros, estimular el metabolismo del cartílago e inhibir su degradación, así como reducir otros signos clínicos de la osteoartritis en perros (3).

Manejo de la dieta

Se ha demostrado que la reducción de peso mejora sustancialmente los signos clínicos asociados con la osteoartritis en perros, sobre todo en aquellos con sobrepeso u obesidad, por lo que se debe evitar alimentar a las mascotas con dietas altas en calorías (8). Actualmente existen alimentos comerciales formulados para ayudar con la reducción de peso, así como suplementados con glucosamina y condroitina para contribuir a la salud articular.

Anticuerpos monoclonales

La terapia con anticuerpos monoclonales es un nuevo enfoque para el tratamiento del dolor por osteoartritis en caninos. Estos anticuerpos están dirigidos al factor de crecimiento nervioso, el cual juega un papel importante en la señalización del dolor en los mamíferos el cual se encuentra elevado en las articulaciones osteoartríticas en los perros. Actúan uniéndose al factor de crecimiento nervioso impidiendo la interacción con su receptor, disminuyendo la respuesta hiperalgésica asociada con la osteoartritis (11).

Crioterapia

La crioterapia o hipotermia local se usa en casos de inflamación aguda. Promueve la vasoconstricción, la relajación del músculo esquelético y disminuye la conducción nerviosa. La vasoconstricción limita el flujo sanguíneo hacia la zona, reduciendo así el edema. La disminución de la conducción nerviosa produce analgesia leve. Se aplica a las articulaciones osteoartríticas mediante compresas de hielo, envolturas de hielo y vendas de compresión fría (8).

Figura 2. Aplicación de compresa fría
Fuente: Jhonston et al. Nonsurgical management of osteoarthritis in dogs. 2008

Infiltración articular

El ácido hialurónico es el componente principal del líquido sinovial y de la matriz extracelular del cartílago. Genera un ambiente apropiado para la migración y proliferación celular y les da propiedades viscoelásticas. Las articulaciones con osteoartritis presentan una menor concentración y peso molecular de ácido hialurónico (12).

Se ha demostrado que las inyecciones intraarticulares de ácido hialurónico son eficaces para el tratamiento del dolor en pacientes con osteoartritis, atenuando la cojera y disminuyendo la actividad de los impulsos nerviosos inducidos por el aumento del movimiento de las fibras nociceptores articulares sensibilizadas (12).

Manejo quirúrgico

El pilar del tratamiento quirúrgico canino de la osteoartritis es la artroplastia total de la articulación. Los reemplazos de las articulaciones se suelen hacer en cadera, rodilla y codo. De las cuales, la artroplastia de la cadera es la más frecuente y fiable (13).

En algunos casos, el reemplazo total de la articulación no es posible y la artrodesis puede ser una alternativa adecuada con el fin de eliminar el dolor intratable. Aunque este procedimiento produce una articulación rígida y, por lo tanto, se adapta mejor a las articulaciones de bajo movimiento como el carpo y el tarso. En casos extremos se puede recurrir a la amputación (13).

Conclusiones

La osteoartritis afecta a un gran porcentaje de la población de perros, por lo que es importante desarrollar estrategias de manejo que puedan disminuir el dolor articular mediante el uso combinado del tratamiento farmacológico y la terapia con ejercicios que ayuden al alivio de los signos que presentan.

Adicionalmente, se debe controlar la cantidad de ejercicio que realiza el perro, evitando el ejercicio excesivo o colocarlo en situaciones de estrés físico, así como controlar su peso, ya que la obesidad puede predisponer a la aparición de osteoartritis. Estas medidas deben ser aplicadas especialmente en razas grandes o predisponentes al desarrollo de esa patología.

Finalmente, el tipo de terapia que el perro recibirá dependerá del médico veterinario tratante, basándose en la severidad de la osteoartritis, la ubicación y la disponibilidad del dueño en cada caso individual.

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Referencias

  1. Bhathal A, Spryszak M, Louizos C, Frankel G. Glucosamine and chondroitin use in canines for osteoarthritis: A review. Open Vet J. 2017;7(1):36-49. 
  2. Anderson KL, Zulch H, O’Neill DG, Meeson RL, Collins LM. Risk Factors for Canine Osteoarthritis and Its Predisposing Arthropathies: A Systematic Review. Front Vet Sci. 2020 Apr 28;7:220. 
  3. McCarthy G, O’Donovan J, Jones B, McAllister H, Seed M, Mooney C. Randomised double-blind, positive-controlled trial to assess the efficacy of glucosamine/chondroitin sulfate for the treatment of dogs with osteoarthritis. Vet J. 2007 Jul;174(1):54-61. 
  4. Cohen A. Osteoarthritis. Cornell University´s college of veterinary medicine, https://www.vet.cornell.edu/departments-centers-and-institutes/riney-canine-health-center/canine-health-information/osteoarthritis; [accedido 2 Noviembre 2023].
  5. Musco N, Vassalotti G, Mastellone V, Cortese L, Della Rocca G, Molinari ML, Calabrò S, Tudisco R, Cutrignelli MI, Lombardi P. Effects of a nutritional supplement in dogs affected by osteoarthritis.
  6. Mele E. Epidemiology of osteoarthritis.Veterinary focus. 2007; 17(3).
  7. Bland S. Canine osteoarthritis and treatments: a review. Vet Sci Dep. 2015; 5: 5931.
  8. Johnston SA, McLaughlin RM, Budsberg SC. Nonsurgical management of osteoarthritis in dogs. Vet Clin North Am Small Anim Pract. 2008 Nov;38(6):1449-70, viii.
  9. Pye C, Bruniges N, Peffers M, Comerford E. Advances in the pharmaceutical treatment options for canine osteoarthritis. J Small Anim Pract. 2022 Oct;63(10):721-738. 
  10. Mille MA, McClement J, Lauer S. Physiotherapeutic Strategies and Their Current Evidence for Canine Osteoarthritis. Vet Sci. 2022 Dec 21;10(1):2.
  11. Corral MJ, Moyaert H, Fernandes T, Escalada M, Kira S Tena J, Walters RR, Stegemann MR. A prospective, randomized, blinded, placebo-controlled multisite clinical study of bedinvetmab, a canine monoclonal antibody targeting nerve growth factor, in dogs with osteoarthritis. Vet Anaesth Analg. 2021; 48(6):943-955.
  12. Serra Aguado CI, Ramos-Plá JJ, Soler C, Segarra S, Moratalla V, Redondo JI. Effects of Oral Hyaluronic Acid Administration in Dogs Following Tibial Tuberosity Advancement Surgery for Cranial Cruciate Ligament Injury. Animals (Basel). 2021; 11(5):1264.
  13. Pettitt R, German A. Investigation and mangament of canine osteoarthritis. In Practice. 2015; 37:1-8.
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