Uso responsable de antibióticos en mascotas

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Uso responsable de antibióticos en mascotas

Los antibióticos son medicamentos recetados para combatir infecciones causadas por microorganismos sensibles a estos fármacos. Sin embargo, el uso inadecuado o excesivo ha contribuido a la aparición de microorganismos resistentes, dificultando cada vez más el tratamiento de diversas enfermedades (1).

Para reducir el riesgo de resistencia bacteriana, es fundamental saber cuándo es realmente necesario el uso de antibióticos. No obstante, la resistencia antimicrobiana no es el único factor a considerar para su uso. En este artículo repasaremos los factores clave que se evalúan al prescribir antibióticos en animales de compañía.

Resistencia antimicrobiana

La resistencia antimicrobiana se entiende como la capacidad adquirida por los microorganismos para sobrevivir a tratamientos con antibióticos que antes eran eficaces contra ellos (2). Como resultado, las infecciones se vuelven más difíciles de tratar y pueden requerir antibióticos más potentes o su uso por un tiempo más prolongado (3).

En el pasado, el uso de antibióticos en mascotas representaba un riesgo bajo. Sin embargo, en los últimos años los casos de resistencia bacteriana han aumentado significativamente. Además, muchos de estos microorganismos son zoonóticos, lo que significa que pueden afectar tanto a animales como humanos. Esto favorece la transmisión patógenos multidrogoresistentes complicando los tratamientos en ambas especies (4).

Alternativas al uso de antibióticos

El uso de antibióticos con fines preventivos solo está justificado cuando existe un alto riesgo de infección bacteriana o si las consecuencias de una infección puedan ser graves. Por ello, es prioritario mantener un buen cuidado y control de factores de riesgo como:

  • Cateterización urinaria o intravenosa
  • Heridas abiertas
  • Ambientes sucios o húmedos
  • Enfermedades virales
  • Uso de fármacos inmunosupresores
  • Enfermedades endocrinas

Prevenir estas condiciones reduce significativamente la necesidad de recurrir a tratamientos antibióticos (5).

Se pueden considerar alternativas terapéuticas que pueden utilizarse antes o junto con los antibióticos. Por ejemplo:

  • Antisépticos para su aplicación tópica o local.
  • Probióticos: favorecen el equilibrio de la microbiota intestinal e impiden la colonización por bacterias patógenas.
  • Intervención quirúrgica: útil para eliminar focos de infección que, de otro modo, requerirían tratamiento antibiótico prolongado (5).

Consideraciones previas al uso de antibióticos

Antes de iniciar un tratamiento antibiótico, debe establecerse un diagnóstico claro que justifique su uso evitando su uso empírico.  Es importante descartar otras causas como infecciones virales o micóticas, infestaciones por parásitos, desequilibrios nutricionales, intoxicaciones, neoplasias, entre otras, que no responden a este tipo de fármacos (5).

Un ejemplo común es la diarrea aguda, que muchas veces no se debe a infecciones bacterianas o es autolimitantes. En estos casos, el uso de antibióticos no solo es innecesario, sino que puede causar efectos adversos como disbiosis intestinal (alteración del equilibrio de la microbiota intestinal) (5).

En el caso de cirugías, el uso profiláctico de antibióticos debe realizarse de manera estratégica:  entre 30 y 60 minutos antes de la primera incisión. No obstante, si el procedimiento se realiza en condiciones asépticas, la profilaxis puede no ser necesaria (5).

Elección de los antibióticos adecuados

Es fundamental elegir un antibiótico que sea eficaz contra el organismo causante de la infección y que alcance concentraciones terapéuticas en el sitio adecuado. Algunos antibióticos son específicos para bacterias Gram + o Gram -, por lo que identificar al patógeno mediante pruebas de diagnóstico adecuadas (5).

Además, se deben considerar posibles efectos secundarios o interacciones medicamentosas. Si existe algún riesgo para el paciente (nefrotoxicidad, hepatotoxicidad, daño tisular, etc.), este debe ser comunicado claramente al propietario antes de iniciar el tratamiento (5).

Factores del paciente y del patógeno

Es muy importante considerar la resistencia del patógeno a los antibióticos, por lo que se deben realizar pruebas de susceptibilidad a los antibióticos con el fin de determinar su susceptibilidad a los antibióticos que se tienen a disposición (5).

Cada paciente puede reaccionar de forma diferente a un antibiótico, dependiendo de factores como la edad, el estado inmunológico y enfermedades preexistentes, especialmente enfermedades hepáticas o renales. Estas condiciones pueden alterar el metabolismo del fármaco y su eficacia (5).

Educación y conciencia sobre el uso responsable

El médico veterinario debe proporcionar instrucciones claras sobre la administración del antibiótico en el hogar: dosis, vía de administración, frecuencia y duración del tratamiento. Es importante que los propietarios comprendan que seguir estas indicaciones al pie de la letra es esencial para que el tratamiento sea eficaz (5).

Asimismo, deben estar informados sobre posibles efectos adversos que pueda tener el tratamiento y saber cómo actuar en caso de que se presenten (por ejemplo, suspender el tratamiento y contactar al médico veterinario) (5).

Es importante concientizar a los propietarios sobre el uso responsable de antibióticos, explicándoles que deben consultar con su veterinario antes del uso de estos, incluso para antibióticos disponibles sin receta médica, para evitar complicaciones y mejorar la eficacia del tratamiento (5).

Conclusiones

El uso responsable de antibióticos en mascotas es clave tratamientos efectivos y prevenir la aparición de la resistencia antimicrobiana. Por lo tanto, es indispensable identificar el patógeno causante, evaluar las condiciones del paciente y realizar pruebas de susceptibilidad antes de iniciar cualquier tratamiento.

Siempre que sea posible, se deben priorizar medidas preventivas como la higiene, el uso de antisépticos y probióticos. Solo mediante un enfoque responsable y bien informado se podrá preservar la eficacia de los antibióticos tanto en animales como en humanos.

También te puede interesar: Asociaciones antimicrobianas, una herramienta contra las infecciones bacterianas resistentes.

Referencias

  1. Ekakoro JE, Okafor CC. Antimicrobial use practices of veterinary clinicians at a veterinary teaching hospital in the United States. Vet Anim Sci. 2018 Sep 26;7:100038.
  2. Palma E, Tilocca B, Roncada P. Antimicrobial Resistance in Veterinary Medicine: An Overview. Int J Mol Sci. 2020 Mar 11;21(6):1914.
  3. Mancuso G, Midiri A, Gerace E, Biondo C. Bacterial Antibiotic Resistance: The Most Critical Pathogens. Pathogens. 2021 Oct 12;10(10):1310.
  4. Lloyd DH. Reservoirs of antimicrobial resistance in pet animals. Clin Infect Dis. 2007 Sep 1;45 Suppl 2:S148-52.
  5. Frey E, Costin M, Granick J, Kornya M, Weese JS. 2022 AAFP/AAHA Antimicrobial Stewardship Guidelines. J Am Anim Hosp Assoc. 2022 Jul 1;58(4):1-5.
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